La mayoría de las hemorragias nasales son sólo molestias; pero algunas asustan mucho, y unas pocas son peligrosas para la vida. Los Médicos clasifican las hemorragias nasales en dos tipos diferentes:
Hemorragia Nasal Anterior: proviene de la parte frontal de la nariz y comienza fluyendo por una de las fosas nasales, si el paciente está sentado o parado.
Hemorragia Nasal Posterior: viene desde el fondo de la nariz y cae hacia la parte posterior de la boca y garganta aún cuando el paciente está sentado o parado.
Obviamente, si el paciente está acostado, aún en la hemorragia anterior, la sangre corre en ambas direcciones, especialmente si está tosiendo o sonándose la nariz.
Sin embargo, es importante tratar de diferenciar una de otra, dado que las hemorragias posteriores son a menudo más severas y casi siempre requieren tratamiento médico. Las hemorragias posteriores ocurren más frecuentemente en personas de edad, aquellas que tienen presión arterial elevada y en casos de traumatismos de la cabeza o la cara.
Las hemorragias en los niños son habitualmente del tipo anterior. Estas son comunes en clima seco o durante el invierno, cuando el aire frío y seco afecta las mucosas de la nariz facilitando la ruptura de los pequeños vasos sanguíneos. Esto podría prevenirse colocando un poco de crema lubricante en la punta del dedo y pasándola dentro de la nariz (su médico lo puede orientar), especialmente en la parte mediana (el tabique). A veces puede ser necesario varias veces al día; pero usualmente es suficiente hacerlo al acostarse.
Si la hemorragia persiste, es mejor que vea a su médico, quien puede recomendar una cauterización para el vaso que está causando problemas
Si su hijo tiene una hemorragia anterior, puede intentar detenerla usted mismo/a siguiendo estos pasos: